Un corazón sucio
El mal hablar, el mal pensar y el mal sentir desgraciadamente tan propio de la gente de este mundo.¿Qué es lo que hace que la gente se enoje y proferir improperios y obscenidades? La respuesta la encontramos en las palabras ¡Ustedes son víboras! ¿Cómo pueden ustedes, que son malos, decir algo bueno? Porque la boca habla lo que rebosa en el corazón.
Mateo - Mattityah 12:33-37
para que la boca humana pronuncie desafueros, el corazón tiene que estar sucio primero. Y aquí llegamos, sin hacer juego de palabras, al corazón del problema.
Si en el corazón albergamos odio, resentimiento, impaciencia y antipatía, no es extraño que nuestro lenguaje siga por el mismo camino. Por más que disimulemos y por más que intentemos ponerles freno a las palabras, a la menor provocación manifestamos por la boca lo que somos en el corazón.
Acudiendo a la única fuente de vida a nuestro alcance, fuente de limpieza moral y espiritual
YAHSHÚA !
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