Apocalipsis/Visiones de Elohim 9:1-21
[1]El quinto malaj sonó su shofar, y vi una estrella que había caído del cielo a la tierra, y le fue dada la llave del pozo que conduce al abismo.[56]
[2]Abrió el pozo del abismo, y subió humo como el humo de un enorme horno; el sol fue oscurecido y el cielo también por el humo del pozo.[57]
[3]Entonces del humo de la tierra salieron langostas, y les fue dado poder, como el poder que los escorpiones tienen en la tierra.
[4]Fueron instruidos no dañar la hierba de la tierra, ninguna planta verde ni ningún árbol; sino solamente a la gente que no tenía el sello de YAHWEH en sus frentes.[58]
[5]Las langostas no podían matarlos, sólo infligir dolor por cinco meses, y el dolor que ellas causaron fue como el dolor de la picada de escorpión.
[6]En aquellos días los hombres buscará la muerte, pero no la encontrará; anhelarán morir, pero la muerte los eludirá.[59]
[7]Ahora, estas langostas lucían como caballos preparados para la guerra. En sus cabezas había lo que lucía como coronas de oro, y sus caras eran como caras humanas.
[8]Tenían cabello como el de las mujeres, y sus dientes eran como los de los leones.
[9]Sus pechos eran como pectoral de hierro, y el sonido que sus alas hacían era como de muchos caballos y carruajes corriendo hacia la batalla.
[10]Ellos tenían sus colas como de escorpiones, con ponzoña; y en sus colas tenían el poder para dañar a la gente por cinco meses.
[11]Tenían como rey sobre ellos al malaj del abismo, cuyo nombre en Hebreo es "Abaddon" y en nuestro idioma: "Destructor."[60]
[12]El primer Ay ha pasado, pero todavía faltan dos ayes por venir.
[13]El sexto malaj sonó su shofar, y oí una voz de entre los cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de YAHWEH,
[14]diciendo al sexto malaj, el que tenía el shofar: "¡Suelta a los cuatro malajim que están atados junto al gran río Eufrates!"
[15]Y fueron soltados. Estos cuatro malajim habían estado guardados, pero listos para este momento, para este día, mes y año, a fin de matar un tercio de la humanidad;
[16]¡y el número de los soldados de caballería era doscientos millones![61] Yo oí el número.
[17]Así es como lucían los caballos en la visión: tenían corazas de color rojo fuego, azul añil y amarillo azufre; las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones; y de sus bocas salía fuego, humo y azufre.
[18]Fueron estas tres plagas las que mataron un tercio de la humanidad: el fuego, el humo y el azufre saliendo de la boca de los caballos.
[19]Porque el poder de los caballos estaba en sus bocas; y también en sus colas, pues sus colas eran como serpientes con cabeza, y con ellas podían causar daño.
[20]El resto de la humanidad, aquellos que no fueron muertos por las plagas, ni aún se volvieron de lo que habían hecho con sus propias manos; no dejaron de adorar demonios e ídolos hechos de oro, plata, bronce, piedra y madera, los cuales no pueden ver, ni oír, ni caminar. °
[21]Ni se volvieron de sus asesinatos, ni del mal uso de drogas relacionado con lo oculto, ni de la inmoralidad sexual ni de sus robos.[62]
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